Por Irene Martínez

Estamos en febrero y como cada año nos proponemos múltiples objetivos que o bien vamos dejando en lo largo del año o directamente no empezamos. Hablo de aquellos “propósitos” de año nuevo que siempre están de moda, por ejemplo “ponerse a dieta”.

Muchas veces no nos ponemos a pensar en lo que significan las palabras y como las reconoce nuestro cerebro, muchas veces “ponerse a dieta” por no decir la mayoría, significa “estas gorda o gordo” deberíamos de cambiar este mensaje en nosotros mismos y decirnos, “voy a cuidar mi alimentación para cuídame a mí misma” sin referirnos a nada en concreto. Solo así creo que nos enfrentaríamos más a nuestros objetivos o propósitos y lo haríamos.

Quiero, en este post dar importancia a dos aspectos que, aunque parezcan muy contrarios, están unidos entre sí. Primero de todo, la alimentación, la importancia de cuidar nuestra alimentación y sobre todo en las personas con discapacidad que de esto se trata el blog.

La importancia de la alimentación

Una alimentación sana aparte de tener beneficios de forma física, o sea, un peso saludable, nos ayuda a dormir mejor, tener mayor energía y concentración. Además, esto hace que obtengamos todos los nutrientes esenciales que necesitamos para un crecimiento y desarrollo adecuado y que nos habitemos a una buena relación con la comida y con las habilidades sociales. Pero lo mismo os preguntaréis que tendrá que ver todo este rollo con las personas con discapacidad. Pues mucho, os lo explico.

Si una persona con discapacidad preferentemente física y con movilidad reducida no tiene una alimentación adecuada y una relación eficiente y sana con la comida, nuestro cuerpo se va amoldando a esa alimentación. Esto quiere decir que, si no nos alimentamos suficientemente bien, nuestras defensas, fuerzas y movimiento serán insuficientes, haciendo que tengamos una vida más sedentaria, más costosa y menos rica en experiencia. Si a todo ello le sumas, como he comentado antes, hacer una sana alimentación nos hace tener mayor salud mental, si no lo tenemos y lo añadimos a todo lo que tengamos que enfrentar por nuestra discapacidad lo tenemos más difícil que una persona sin discapacidad.

Otra cosa a tener en cuenta respecto a este tema, son las palabras y lo que pesan. Hay personas con cuerpos más delgados, más anchos, más caídos, menos caídos… etc., pero nadie, absolutamente nadie nos puede decir que comamos más o menos o nos quitemos de algunos alimentos por creer que estamos mal. ¡no! Si queremos que nuestro amigo, familia, pareja, etc, con discapacidad se cuide y coma bien eso de “haz dieta” o “cuidado con esto porque en tu situación no puedes engordar o adelgazar”… ¡no! ¡Todo cuerpo es válido!, cuidado con las palabras envenenadas, hablo de esto porque me ha pasado a mí, lo he escuchado por terceras personas decírselo a otras y no es bueno para nadie este tipo de mensajes.

Si queremos comer bien y tener salud mental y física o queremos que alguien de nuestro alrededor se cuide en este sentido, fuera esas palabras llenas de mensajes negativos y de rechazo hacia uno mismo y marquemos objetivos pequeños y marcados por profesionales si no sabemos cómo empezar.

Hemos hablado de la alimentación y ahora quiero abordar los estereotipos de la moda y todo lo que implica.

Cuidar nuestra apariencia

La moda en la discapacidad es un tema que habría que abordarlo ya, las personas con discapacidad vivimos con el prejuicio de que al tener esta condición no vivimos la moda como el resto de la gente. Es cierto, que las personas usuarias de silla de ruedas tenemos que llevar ropa lo mas cómoda posible porque vamos mucho tiempo sentados, pero eso no quiere decir que no queramos llevar ropa que nos guste y nos sintamos bien. Al fin y al cabo, el estilo de ropa que llevamos cada uno de nosotros está acorde con nuestra personalidad y carácter.

Las personas con discapacidad tenemos personalidad y carácter, aunque haya gente que dude de esto, por tanto, las marcas de ropa mas conocidas deberían pensar también en las personas con discapacidad.

Es verdad, que estamos avanzando algunas modelos como Aimee Mullins jugadora paralímpica con discapacidad física, con prótesis en ambas piernas, desfiló en 1999 para el diseñador Alexander McQueen y en 2011 fue imagen de L’Oreal. Shaholly Ayers, tras muchos “nos” de muchas agencias trabajó como imagen para la marca Nordstrom, también con discapacidad física, con una prótesis en un brazo. Alexandra Kutas, usuaria de silla de ruedas periodista y psicóloga trabajó para un desfile en 1999 con Alexander McQueen, por último, os voy a dar a conocer a una mujer española, Isabel García es la primera diseñadora española con síndrome de Down, el año pasado presentó su colección en la Fashion Week de Madrid, acompañada por un modisto.

Fijaos que hablo de modelos y personas fuera de España y está muy bien no me voy a meter en eso, pero en España no se da la oportunidad a las personas con discapacidad. Seguro que me dejo mas modelos o personas que han influido en el mundo de la moda, pero lo cierto es que hay muy poca presentación por personas con discapacidad en este sentido, no hay anuncios de marcas de ropa representados por personas con discapacidad, no hay maniquís con discapacidad, no hay absolutamente nada que nos podamos sentir identificados.

Todos los cuerpos son válidos, todavía estamos intentando quedarnos con los típicos cuerpos perfectos y aunque ya lo estamos normalizando y hay representación de cuerpos “no canónicos” aún queda muchísimo camino, las personas con discapacidad también tenemos derecho a vernos representadas, es justo. Somos validas a llevar cualquier tipo de prenda y complemento y vernos en esos anuncios y publicidad.

Cambiemos la norma.

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