Por Javier Martínez

Desde siempre y todavía en la actualidad, el tema afectivo-sexual es uno de los aspectos más tabúes que existen en la sociedad. Si a este hecho añadimos la circunstancia de tener una discapacidad grave, la unión es un cóctel explosivo que personalmente he tenido durante muchos años en mi interior.

Además, la ausencia de educación sexual en el sistema de este país, es otro componente muy significativo en este tema. Yo mismo lo he vivido desde hace más de veinte años y, creo que puedo decir, que por fin hoy he cumplido el objetivo de asimilar que satisfacer las necesidades afectivas y sexuales es completamente natural y necesario.

Mi camino en este aspecto de la vida estuvo en una pantalla en negro hasta hace cuatro años. Teniendo en cuenta que ahora tengo 34, os preguntareis ¿Cómo he podido guardar necesidades, deseos, preocupaciones… durante casi 20 años? Veinte años porque en mi opinión todo este tema (recordar, afectivo y sexual), comienza a los 10-12 años. A esa edad normalmente ya empiezas a preguntarte por todo esto y también comienzas a sentir una necesidad natural de la que nunca se habla.

Todo este proceso en la mayor parte de los jóvenes se hace de manera unilateral, tan sólo unos años más tarde se puede dar la típica frase por parte del padre o de la madre de “toma precauciones hijo”. Ya está! Ah! Se me olvidaba la clase de educación sexual que recibíamos UNA VEZ al año entre risas, jolgorio y vergüenza.

Volviendo a la pregunta de ¿Cómo he podido guardar necesidades, deseos, preocupaciones… durante casi 20 años?, solamente hay una respuesta. MIEDO. Miedo de que pensarían mis padres y amigos, miedo de hacer el ridículo. Y paralelamente a esos miedos, hay otros que también son muy importantes como por ejemplo el miedo a hablar con la chica o el chico que te gusta… (solo hablar, imagínate por ejemplo el miedo a pedirle salir…).

Recientemente he podido por fin cumplir uno de los objetivos que me propuse hace cuatro años para llenar de colores esa pantalla negra de la que hablaba antes. Después de muchos intentos conseguí contactar con una asistente sexual. ¿Asistente sexual? Si, lamentablemente todavía es un mundo desconocido. Un asistente es una persona que presta apoyo para poder acceder sexualmente al propio cuerpo o al de una pareja. La persona asistente no es alguien con quien tener sexo, sino alguien que te apoya para tener sexo contigo mismo o con otras personas. La persona asistida decide en qué y cómo recibe apoyo, esa es su forma de autonomía para explorar su cuerpo.

El camino estuvo lleno de dudas y miedos. Primero vergüenza. Vergüenza por meterme en una web que pone en contacto a personas con discapacidad con asistentes sexuales. Segundo, desilusión porque ves que la única web que existe en España podría funcionar mejor (escribí como a quince asistentes y solamente recibí una respuesta… que vivía en Valencia). Y tercero: otro fondo negro, la llegada de la pandemia. La guinda final para sumarle otro miedo más.

Pero dicen que todo camino tiene un final feliz y, aunque después de todo lo que os he contado, tuve que ingeniármelas para encontrar un lugar (este proceso da para otro artículo), en mayo decidí volver a insistir en la web de asistencia sexual de la que os he hablado antes y pude tener un encuentro con una asistente sexual. Fue totalmente positivo y más allá del propio hecho, creo que con este paso y también el hecho de hacerlo público, personalmente te quitas varios kilos de encima.

Termino este artículo con un deseo de que pronto exista una verdadera educación sexual en España tanto para padres como para hijos, tanto en los centros educativos como en casa. Con el objetivo de eliminar los miedos para hablar de sexo y afectividad. También para que las entidades representativas de la discapacidad nos ayuden a visibilizar este tema y a superar miedos y prejuicios que podamos tener tanto nosotros mismos como la sociedad en general. Y también con el deseo de que se encuentre un mecanismo legal para que, aquellas personas que no podemos acceder a nuestro propio cuerpo, tengamos más información, mayor seguridad y menos miedos, para hacerlo.

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1 comentario

  1. Hola Javier,

    Soy Martín Rivero, junto con mi compañera María Costa. Somos estudiantes de periodismo aquí en una universidad de Madrid. Estamos realizando un reportaje audiovisual para una de nuestras asignaturas. El proyecto consiste en exponer la problemática que describes en el blog.
    ¿Estarías dispuesto a concedernos una entrevista presencial para incluirla en el trabajo?
    Por supuesto si hay algún inconveniente, podríamos mantener tu anonimato.
    Por delante queda que la finalidad de este trabajo es interna y sólo la verá el profesor.

    Muchas gracias por tu tiempo. Quedamos atento a su respuesta.

    Si estás interesada ponte en contacto con nosotros a través de este teléfono o el mail:
    mriveroguardiet@gmail.com

    Tlf: 692891166

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