por Patricia Pimentel
En plena Feria del Libro de Madrid, Patricia Pimentel nos trae su poema «La importancia de los abrazos», con el que ganó el segundo premio al mejor relato corto en el VIII Certamen Literario Polibea.
A veces ni siquiera yo sé lo que me pasa.
A veces cada lágrima tiene un por qué, y son muchos los motivos que las hacen caer.
A veces es aquí, en este momento, en el que necesito a alguien que me agarre fuerte de la mano y se espere hasta que pase la tormenta o simplemente que me den un abrazo de esos que te crujen todos los huesos de mi espalda y que te digan (quien sea: un amigo, amiga, un hermano, tu madre, tu hermana, tu papi, tu perro): «Tranquila, estoy aquí a tu lado».
A veces parece que necesito que algo pase para agarrarnos fuerte el corazón y recordar lo que de verdad nos importa. Para decir «te quiero».
Para valorar el tiempo y disfrutar cada instante. Para saber realmente lo que queremos y sobre todo, a quién queremos. No esperes a mañana para ser feliz. Ahora lo eres, y ni siquiera lo sabes.
Hay abrazos en los que apetece quedarse a vivir. Que te sanan un poquito. Y miradas que te llenan el corazón.
El abrazo llega justo cuando lo más lo necesitas o no te esperas. Una sonrisa cuando menos te lo esperas, las palabras exactas en momento justo, un plan inesperado que te saque de casa, un brindis por todo lo que me queda por vivir, por que mi familia esté siempre bien, aunque a veces las fuerzas y el ánimo se quiten. Un abrazo te cura y te anima a seguir adelante.
Y sentir que hay alguien que todo lo hace menos difícil, que sabes que está a tu lado cuando estás bien o este mal. Eso es un tesoro muy bonito.
Y sobre todo aprender que esta vida es un puro teatro, simplemente aprendizaje y sentir paz conmigo misma es lo que necesito.
Y yo me pregunto: ¿qué sería de esta vida sin un bonito abrazo?