A MI MANERA EN MI ADN

“¿Salvando a Salvados? : Sobre la discapacidad en los medios de comunicación

por Aitana Areste

Comunicar para mi es un acto de vital importancia, porque la manera en la que transmites un mensaje permite a aquellos que lo reciben interpretarlo fidedignamente. Por eso, cuando vi en televisión que “Salvados” iba a emitir un especial, entorno a el trastorno del espectro autista, por el día internacional de la discapacidad, supe que quería comentarlo en el blog.

Ya sabéis que, si por algo me caracterizo, es por no tener pelos en la lengua. Ni yo misma, Aitana, ni ninguno de mis compañeros de este espacio en el que Aspace nos permite hablar con voz propia. Esa voz, con la que quiero revindicar que nos han transmitido un mensaje capacitista que en la mayoría de ocasiones, aunque no en todas, ocurre si se trata la discapacidad en los medios de comunicación.

Por lo que se refiere a el episodio en general, se entrevista a familias que ponen en evidencia los fallos del Estado, que a pesar de llevar a cabo políticas sociales, no son suficientes y reclaman mas ayudas. También, el miedo al “diagnostico” y el proceso de soledad e incertidumbre por el que transcurren; pues, no saben con claridad que ocurre con sus hijos y es un claro “búscate la vida” al que acuden, a satisfacer esa necesidad y otras que van aconteciendo las entidades del tercer sector.

Además de lo anterior, surgen varias escenas cotidianas que estremecen si te pones las gafas azules, para ponerte en la piel de estas personas o cualquiera con otra discapacidad. Por ejemplo, cuando una de las madres da instrucciones repetitivas al menor yendo a comprar o la que más impactada me dejo: “Mi hijo no sabe que tiene Autismo y por eso es más feliz”.

Lo que dirige a inculcar un mensaje sentimentalista, paternalista, con prejuicios y estereotipos hacia el colectivo de personas con discapacidad. Toda ella se trata como algo externo y no como una característica natural e intrínseca que nos dirige a alcanzar una sociedad inclusiva con todos aquellos que se salen del modelo neurotípico preestablecido. Además, está presente un sesgo de género muy llamativo, ya que no se muestra a ninguna mujer, no hablan directamente ellos, sino sus familiares. Esto hubiera sido distintivo porque les permitiría explicar sus aficiones y porque son necesarias para ellos sin estigmatizarlas o ser referentes para otras niñas y niños con discapacidad que necesitan un modelo con el que sentirse comprendidos. Por último, hubiera sido interesante que no se mostraran solo dos casos, sino varios de ellos que hubieran permitido conocer las diferentes realidades del autismo que es muy diverso ente sí.

Llegados a este punto, es más que evidente que todos necesitamos derribar nuestras propias barreras mentales, puesto que lo importante no es solo la integración, sino avanzar en el desarrollo de una sociedad inclusiva donde seamos reconocidos como ciudadanos con plenas capacidad de derechos y deberes. No obstante, quiero dejar claro que no critico en ningún momento el testimonio de las familias, ni su modelo educativo, pero sí creo que es importante cuidar cómo se transmite ese mensaje. Cada uno tiene su visión y lo importante para tener tu propio pensamiento crítico es conocer multitud de opiniones, siempre y cuando se respeten los derechos de  los demás, y ese es el gran esplendor de los modelos sociales.

Si después de todo lo leído, eres profesional de la comunicación o solo quieres colaborar en transmitir un mensaje positivo de la discapacidad tienes disponible  una Guía de comunicación que elaboró Confederación ASPACE el pasado 2020, en relación con la comunicación en la parálisis cerebral

¡Hasta la próxima!

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