por Mayka Hidalgo
¡Hola a todos! Antes de empezar con el artículo os quería desear a todos un feliz año. Espero que hayáis disfrutado de las fiestas en la medida de lo posible y que hayáis desconectado un poco de la rutina.
En esta época del año es muy común que nos planteemos propósitos de Año Nuevo y yo he sido muy partidaria de ellos hasta el año pasado, ya que llegue a una reflexión que os quiero compartir, debido a una salud mental bastante inestable y una salud física al límite.
Yo era de las que se proponía lo típico de “leer más, beber más agua, comer más sano…” y siempre fracasaba en ellos y no entendía el porqué.
Se me olvidaba algo muy importante: tener en cuenta mi discapacidad, mi contexto en general. Quería llegar a unos estándares generales que por una razón u otra no llegaba.
Las personas con parálisis cerebral crecemos con la idea de llegar a ser lo más socialmente aceptadas posibles porque en la mayoría de los casos sufrimos un aislamiento brutal, ya sea por bullying, por las barreras arquitectónicas y comunicativas, por la falta de independencia, etc. Solemos ansiar sentirnos parte de la comunidad e incluso hacer lo imposible por que nos vean más allá de la silla de ruedas, de nuestra forma de comunicar, de andar, o de la dependencia física a la que estamos expuestas. Esto nos conduce a una autoexigencia enorme, además de la de nuestro entorno y de la sociedad en general.
Todo esto se ve reflejado en los propósitos de Año Nuevo y en todos los ámbitos de nuestra vida. Por ello, a quienes me leéis os invito a que tengáis en cuenta el tiempo que tenéis que invertir en terapias, en burocracia para cualquier ayuda que necesitéis, en luchar en situaciones cotidianas como que se rompa una rampa o ascensor… y seáis mucho más amables y realistas con vosotros mismos. No plantearse los objetivos socialmente aceptados no os hace menos, porque existiendo ya habéis sido, sois y seréis suficientes. Rompamos con la idea de que tenemos que ser luchadores 24/7 y que tenemos que adaptar toda nuestra vida a la sociedad, porque debería ser al revés.