por Maribel Picó
Las personas LGTBI con discapacidad se enfrentan a una discriminación múltiple. A la que existe con la discapacidad en general, a veces se une una doble discriminación por ser LGTB, o una triple por tener pluma, movilidad reducida o el siempre hecho de ser mujer.
Hola, soy Maribel Picó, me considero bisexual, y quiero levantar la voz.
En las personas con discapacidad ha habido una tendencia a la infantilización, a privarnos de nuestra sexualidad, de nuestros deseos como hombres y mujeres que somos. Eso pervierte nuestra libertad a la hora de manifestar nuestra expresión de género, nuestra orientación y nuestra identidad sexual.
Se empieza a hablar de ello, pero muy por encima y de una forma muy heteronormativa. Solo se normaliza el autoerotismo, la masturbación y la sexualidad contigo mismo, que está muy bien, pero también hay que relacionarse con otra gente. Creo que es muy importante hacer entender que las personas con movilidad reducida también podemos ser deseadas por otras personas y por supuesto tener relaciones afectivas y sexuales.
Otro error que se comete es priorizar la discapacidad de la persona por encima de su orientación sexual o identidad de género, por lo que esa parte del bienestar psicosocial desaparece.
Se producen barreras arquitectónicas, pero también muchas mentales. La gente muchas veces no es tan abierta como dice públicamente. Existe mucha endodiscriminación, es decir, discriminación dentro de los propios colectivos LGTB y disca. Esto se acentúa en aplicaciones para ligar o tener relaciones.
Desde aquí quiero decir basta ya, basta ya de infantilización. Basta ya de tratar a todas las personas con parálisis cerebral igual. Cada una/o tenemos nuestra personalidad, gustos y forma de vivir.
¡Gracias por leer este post y si lo compartes mucho mejor!