Por Elena Arranz

Eran muchos meses los que llevaba viendo a mis hermanos correr, animándoles a conseguir esas metas físicas, viviendo en tercera persona los momentos de emoción que compartían, superando los diversos retos a los que se enfrentaban…El cuerpo y sobre todo la mente me pedían algo más que dar ánimos al pelotón, puesto que soy una persona activa, positiva y alegre, que me apasiona marcarme retos alcanzables compartiéndolos con mis seres queridos. Pero esa nueva inquietud permaneció en mi interior como mera ilusión durante una larga temporada.

Parece un deporte asequible con un entrenamiento adecuado, pero cuento con una dificultad añadida, y es que tengo Parálisis Cerebral, una discapacidad que afecta entre otros al movimiento. Por ello, voy en silla de ruedas. Este fue el principal motivo que me impedía formalizar tal deseo.

Comienzan los entrenamientos

Cuando pensé en experimentar, en proponer a mis hermanos salir a correr con ellos, plantearnos un reto y ser capaces de emocionarnos en una nueva aventura de entre tantas otras vividas por los tres, no solo contemplé las necesidades que este reto requerían, sino la oportunidad para conectar con un número indeterminado de personas a las que en esta ocasión a través del deporte, poder transmitirles las emociones de una aficionada que a lo único que aspira es a sentirse una más, no a ser integrada sino a estar integrada.

Por supuesto, como cualquier otra persona que practica este deporte, comenzamos a entrenar para acostumbrarnos a las nuevas sensaciones. Más allá de una adaptación física, necesité una tecnológica, consistente en una tercera rueda, denominada “FreeWheel”, que se acopla en la parte delantera de la silla, aportando así más estabilidad, tanto para mis acompañantes como para mí.

Un nuevo reto cada año

Cada vez que mis entrenadores personales comentan, «mañana salimos a correr», mi corazón salta de alegría al saber que será otra jornada repleta de sensaciones nuevas, ya que pienso que aunque la actividad principal sea la misma, nunca hay dos días idénticos. Con dicha ilusión hemos disfrutado de distintas carreras populares como por ejemplo: la San Silvestre Vallecana, la Maratón de Madrid, o la Carrera por la Parálisis Cerebral, memorial Francisco Valdivia que organiza todos los años ASPACE Madrid

Jamás imaginé que la experiencia de “correr” pudiera generar en mí tantas satisfacciones, sentir el aire, la velocidad, la desconexión que se produce y que por un momento te permite percibir que avanzas como nunca antes lo había hecho. Esta vivencia me demuestra que muchos límites se pueden salvar si se cuenta con seres queridos que te ayudan a ponerle un poco de Rock and Roll a tu pequeño mundo.

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