Por Irene Álvarez
A pesar de todo lo que hemos avanzado con el paso de los años en términos de diversidad funcional, aun quedan muchas puertas por abrir y muchos prejuicios que superar, estamos acostumbrados a ver una discriminación encubierta; ¿qué quiero decir con este término?, que aunque socialmente hayamos avanzado en conocimiento en lo que a diversidad e integración se refiere, aun vivimos en una sociedad bastante egoísta y con muy poca empatía.
En la actualidad se mueven términos como integración social o educación inclusiva, ¿pero realmente qué son y qué significado tienen estos términos para las personas con discapacidad?, ¿y para la sociedad?.
Integración social y educación inclusiva
Por un lado cuando hablamos de integración, nos referimos a que integramos o nos integramos en algo, ser parte de…, por lo tanto cuando mencionamos la integración social hacemos referencia a que estamos participando en la sociedad y en todos sus ámbitos como iguales, tal como la Constitución Española describe en el artículo 14 de dicho texto. Esto significa que tenemos el derecho pero también el deber de poder formar parte de la sociedad, sin que nos discriminen por cualquier razón, incluida la discapacidad; esto significa que las personas con discapacidad podemos trabajar, ser independientes, vivir de manera más o menos autónoma, hacer ocio o tener la libertad de expresar todo lo que pensamos o percibimos de la sociedad de la que formamos parte. Desde la integración social se trabaja para ello y se lucha cada día para que nuestros derechos como ciudadanos se cumplan y se lleven a cabo de la manera más autónoma e independiente, puesto que todos no somos iguales, existen muchas diversidades, limitaciones y capacidades que hacen del ser humano una persona única. Además en los últimos años hemos avanzado mucho en cuanto a leyes (la nueva ley de accesibilidad universal, por ejemplo) que hacen más sencilla y más fácil nuestra integración social. Tenemos que reunir todas las fuerzas posibles para conseguir equiparar nuestros derechos, aunque de sobra sabemos que no es ni será nada fácil.
Otro concepto que debemos mencionar es la educación inclusiva, ligada en parte a esta integración social de la que hemos hablado. En lo que se refiere a la educación hemos pasado de un modelo educativo que nos excluía, a un modelo de inclusión pasando por la integración. ¿Qué significa educación inclusiva? Podríamos definirla como aquel sistema educativo en el que no importan las necesidades, ni las limitaciones que tengamos, porque todos los alumnos tienen derecho a ser educados en libertad de acuerdo con sus necesidades, con más o menos apoyos; en palabras bonitas, no nos van a sacar de clases ni tenemos que ir a un centro “especial” o diferente al resto de los otros niños, ahora podemos no solo elegir (relativamente) el centro educativo, sino que ahora en el mismo centro nos dan todos los apoyos y ayudas que precisemos para alcanzar nuestros objetivos.
Inclusión real, ¿estamos preparados?
No nos discriminan por tener discapacidad, porque en la educación inclusiva el objetivo es que los niños y niñas, independientemente de cuales quieran que sean sus condiciones sociales, culturales y de cualquier otra índole, aprendan por igual y se les facilite su aprendizaje, sin necesidad de presentar NEE (necesidades educativas especiales). Para que esto se lleve a cabo y sea posible, y no sea un sueño, no solo deben intervenir los profesionales de la educación, profesores, educadores, integradores, pedagogos, etc… para cambiar la visión del sistema educativo, debemos también implicar a toda la sociedad, eliminando barreras, haciendo partícipes a las familias, a los diferentes colectivos que forman la sociedad y a las instituciones para que también participen. De tal manera que ayuden a crear esta inclusión para que así podamos hablar de integración social, puesto que una de las claves más importante en mi opinión es, que si el sistema educativo es igualitario la sociedad también lo será. Los valores que se trasmiten en la enseñanza, al igual que en la familia, tienen un gran peso en esta labor y así no solo se queden en simples palabras. Hay que luchar para lograr objetivos, que sean acciones que en un futuro nos lleven a mejorar nuestra calidad de vida, autonomía y participación plena en la sociedad.
Quiero decir con todo esto que hay mucho trabajo por hacer, sí que reconozco que en lo que a discapacidad se refiere, hemos avanzado y en los últimos años los pasos han sido muy grandes, tenemos una ley que nos respalda en casi todos los ámbitos (LIONDAU), se están eliminando muchas barreras, gracias a la Ley Universal de Accesibilidad, en cuanto a la educación y trabajo seguimos luchando por una igualdad.
Pero como sociedad tenemos mucho que aprender, incluidos e incluidas todas las personas con discapacidad, ya que muchas de las limitaciones y barreras que tenemos las ponemos nosotros mismos y debemos ser nosotros los que debemos romper y acabar con esos miedos infundidos por familiares, amigos, por la protección y el entorno poco accesible, con el convivimos diariamente. Creo que entre todos podemos luchar por una integración social y una educación más inclusiva, esforzándonos más en luchar y desarrollar medios necesarios y útiles que nos ayuden a crear una sociedad más justa e igualitaria para todos.
Acabo con una reflexión, estamos acostumbrados a escuchar las palabras diferentes, diversos, distintos… pero no somos conscientes de que en algún momento, en alguna situación o a lo largo de nuestra vida cada uno de nosotros vamos a ser distintos, diferentes, pero en verdad todos somos, seremos y seguiremos siendo personas. La diversidad enriquece, nos hace ser mejores…